La página web es algo más que un escaparate para tu negocio

Imaginemos que queremos concertar un taxi. Hacer una reserva. Como estamos bien acostumbrados, contamos con encontrar un servicio ágil, un lugar donde sea sencillo introducir nuestros datos, y sobre todo un resultado que sea satisfactorio.

Pero por alguna razón extraña, en este gremio han decidido que la web no se cambia. Que la vida sigue igual como cantaba Julio Iglesias, y que puedes esperar al taxi veinte minutos, aguantar que te echen la bronca por haber introducido mal tú los datos y resultar que tienen un problema de programación.

Una buena página web debe de facilitar las cosas al cliente, no convertir esa experiencia en un sudoku

Este es solo un ejemplo de la cantidad de problemas que se podrían ahorrar muchos negocios si prestaran un poco de atención a su página web. Sobre todo, que navegaran por ella como si fueran clientes.

¿Es fácil de usar?

¿Hay algún error al rellenar un formulario?

En realidad son pocas las preguntas y muchos los inconvenientes que surgen cuando se ignora esa parte. Porque da a entender que nos importa poco o nada el cliente. No es raro encontrar a empleados que digan que no la han utilizado jamás. ¿Entonces cómo saben que un cliente tiene o no la razón?

Ya no basta con tener una página web, hay que tener la mejor página web