Durante la presentación de la iniciativa 5G Barcelona la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, ha dicho que Barcelona está preparada para “liderar la cuarta revolución industrial que representa la tecnología 5G”. Aunque puede parecer algo exagerado pensar que esta tecnología de transmisión de datos puede ser el detonante de una nueva revolución industrial, en realidad esto fue uno de los temas que se vieron con más claridad en la edición 2017 del MWC.

Si Barcelona se convierte en un polo de experimentación de esta tecnología disruptiva, sin duda será una gran noticia para la ciudad. Pues debido a la complejidad que planea la implantación de este sistema de comunicación inalámbrico su propagación a nivel mundial será más paulatina que la de las redes 3G y 4G. Por lo que las primeras ciudades y países en llegar a contar con estas redes ultrarápidas se convertirán en una referencia.

Lo verdaderamente importante de las redes 5G es que se reduce el tiempo de respuesta para enviar y recibir datos

Se habla mucho de que la tecnología 5G aumentará drásticamente la velocidad de conexión de los dispositivos móviles. Pero en realidad esta no es su principal baza para detonar una nueva revolución industrial. Lo verdaderamente importante es que se reducirá considerablemente la latencia de las redes, la capacidad de respuesta para comenzar a recibir o enviar datos.

Para entenderlo mejor pongamos un ejemplo sencillo. A todos nos ha pasado que vamos caminando por la calle, abrimos el navegador de nuestro teléfono e intentamos cargar una web. Con cierta frecuencia pasan algunos segundos hasta que la página comienza a cargar, y en el momento en el que lo hace la carga se produce con rapidez.

Esto sucede no tanto por la velocidad de conexión de nuestra red de datos o de nuestro teléfono, si no por los tiempos de respuesta de las redes 3G y 4G que usamos actualmente. Eso es la latencia de la red. La tecnología 5G acortará drásticamente este tiempo de respuesta, tanto que se abrirán horizontes insospechados. Estos trascienden con mucho el uso de los datos con un teléfono.

Una red global con una velocidad de transmisión de datos y tiempos de respuesta muy cortos permitirá por ejemplo tener flotas de autobuses supervisados a distancia por un puñado de operadores humanos, o incluso sin ninguna clase de intervención por parte de personas. Algo que revolucionaría el transporte público (ya existen experiencias piloto satisfactorias en este sentido).

El transporte urbano puede ser uno de los sectores que antes se beneficien del 5G

También sería posible contar con un gran número de sensores que permitiría dar un salto de gigante en lo que es el denominado internet de las cosas: desde sistemas de riego hasta sistemas de alumbrado podrían beneficiarse por el uso de esta tecnología. Los hay que incluso hablan que las redes 5G pueden permitir controlar a distancia cadenas de producción plenamente robotizadas. De ahí que se hable de una cuarta revolución industrial.

Aunque las posibilidades son tantas como podamos imaginar, también son enormes aún los desafíos tecnológicos. Seamos sinceros, en estos dos últimos años la investigación en redes 5G ha avanzado mucho. Pero casi todo lo que tenemos hoy son experimentos de laboratorio. Por eso es clave pasar al estadio siguiente: en el que los protocolos de esta red quedarán fijados para gobiernos, empresas de telecomunicaciones y productores de hardware.

Las redes 5G pueden permitir controlar a distancia cadenas de producción plenamente robotizadas

Algo que poco a poco ya se está dando. Como también se está dando la experimentación en ciudades piloto. En España en Talavera de la Reina, una ciudad por cierto que atraviesa una crisis económica, y en Segovia Telefónica va a comenzar en breve a implantar redes 5G . El hecho de escoger ciudades pequeñas se debe, entre otros motivos, a que el despliegue de las redes 5G conlleva la instalación de un gran número de puntos de emisión. Por lo que es más sencillo hacerlo en pequeñas urbes.

De hecho, entre los problemas a los que hoy se enfrenta esta tecnología está el de que pueda llegar a zonas rurales. Pues su despliegue debe ser tan intensivo en cuanto a infraestructuras, al menos en su estado actual de desarrollo, que seguramente las redes 4G y 5G coexistan durante muchos años.

Llegados hasta aquí también hay que ocuparse de las connotaciones sociales y políticas que tendrá el despliegue de estas redes. Pues toda revolución industrial conlleva una reconversión industrial, y estas hasta la fecha han sido traumáticas. Por eso además de investigar en tecnología es importante que se investigue en herramientas políticas y económicas para los cambios que puede traer la implantación del 5G. De esa forma quizá así la llegada de una nueva revolución industrial será una buena noticia para todos.